Las piscinas de poliéster constituyen una alternativa muy interesante (y ciertamente más económica) frente a las piscinas de hormigón o de acero. Este tipo de piscinas comenzaron a popularizarse a finales de la década de 1980, cuando la creciente demanda de piscinas hizo que los fabricantes idearan nuevas opciones, como las piscinas de poliéster o las desmontables (las cuales, si bien ya existían, adquirieron a partir de allí un mayor prestigio).
Actualmente, el sueño de la piscina propia parece estar más cerca, en gran parte gracias a estas piscinas, que han abaratado tanto los costos de fabricación, como los de instalación y mantenimiento. Las piscinas de poliéster prefabricadas son consideradas por muchos como la alternativa más confiable y de calidad que puede encontrarse en el mercado hoy en día, tan solo superadas por las tradicionales piscinas de hormigón y las vanguardistas piscinas de acero, que se han popularizado muchísimo durante los últimos años y son las más requeridas en Europa.
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